jueves, 13 de octubre de 2011

Ante todo: Mucha calma.

Era el título de un disco de Siniestro Total de allá por el año 1992 y que bien nos podríamos aplicar los aficionados fuenlabreños. El título del disco, ojo, no el nombre del grupo, que la cosa no es para tanto.

Comenzando por lo evidente el equipo nos decepcionó a todos. No encontramos la manera de darle nuestro ritmo al partido y Manresa si lo hizo a partir del segundo cuarto. Que un ataque nuestro acabara en canasta parecía suponernos un sobreesfuerzo mientras que para el rival apenas un poco de claridad en el movimiento del balón les suponia encontrar nuestro aro con facilidad. Se perdiedon muchos balones y por tanto posesiones de manera absurda, no se cerraba el rebote defensivo... muchas malas sensaciones en general.

Pero hay motivos para la esperanza:

Se ganaron tres de los cuatro parciales del encuentro: 20-19 el primer cuarto tras anotar ellos un triple desde el centro del campo. 9-20 caimos en el segundo (lo que nos puso el partido muy cuesta arriba). 21-20 el tercero y 23-20 el último cuarto en el que también hubo una canasta suya casi sobre la bocina. Mirándolo así, fríamente, la cosa no resulta tan catastrófica.

Pero hay mas. Hace poco Porfi Fisac hablaba de que el equipo estaba aún lejos de lo que tiene que llegar a ser y ayer por desgracia un equipo con muchísimo oficio nos demostró que efectivamente aun queda mucho trabajo por delanter. Se que son obviedades pero tengo que decirlas: Entrenador nuevo, jugadores nuevos, las consabidas lesiones de pretemporada... Nada nos está saliendo bien este comienzo de temporada. Además nos falta nuestro jugador estrella, o mejor dicho, el que nos dará muchos pluses en la cancha por su versatilidad, su intimidación, su intensidad, su capacidad anotadora y reboteadora... y quien le va a suplir acaba de aterrizar y apenas ha tenido tiempo para entrenar.

Es cuestión de tiempo, de paciencia. Y quien tiene que transmitírsela a los jugadores es la grada. Esa afición que sabe apretar como nadie en los momentos adecuados, no puede venirse abajo a las primeras de cambio en un comienzo de temporada que se antoja durísimo para los nuestros. Ahora es cuando mas falta les hacemos. La mejor manera de que ellos no pierdan la confianza en si mismos es que nosotros no les fallemos nunca dándoles el aliento que necesitan constantemente.

Apenas tenemos tiempo para lamentarnos. El domingo repetimos en casa y ante un rival al que tampoco le fueron ayer nada bien las cosas. El Estudiantes dejó una sensación lamentable al caer por casi 50 puntos ante el F.C.Barcelona.

Tenemos en apenas tres días una oportunidad espléndida de resarcirnos de lo sucedido ayer, de crecer, de darle confianza a este nuevo proyecto y de demostrar a nuestro equipo que pase lo que pase estaremos aupándoles siempre.

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