jueves, 25 de marzo de 2010

Clinic de pascua de la FBM

La semana pasada pude asistir al I clinic de pascua de la federación madrileña, siendo la primera de las conferencias impartida por Luis Guil, y al respecto de las transiciones ofensiva y defensiva.

Antes que nadie entre por el morbo de lo que ocurrió en el equipo antes de navidades, decir que el interior del artículo no contiene ni una palabra sobre la temporada del ayuda en acción fuenlabrada o el trabajo de Luis como entrenador del equipo.

Si que hablamos y me agradó que recordara a los aficionados y mantuviera contacto con parte del cuerpo técnico, y que confesó dormir mejor sin el estrés de la competición profesional, pero el articulo trata de otras cosas, y ya llegará el momento de otros análisis.


Antes de dar comienzo al clinic, Luis me confesaba que no traía nada estrictamente planificado, que se iba a dejar llevar por algo de improvisación y que iba mezclar en una misma sesión ambos balances con charla y ejercicios prácticos, ya que a fin de cuentas, el evento iba dirigido a los futuros proyectos de entrenadores (y era curioso verse entre aquellos chavales, ya que era practica obligatoria).

La primera frase fue definitoria, "A + B <= 65" indicando que esto equivalía a victoria casi segura.
Excesivamente críptico para empezar, pero pronto se despejaron las incógnitas, y es que cualquier enfoque para llevar a cabo un buen balance, ya sea defensivo u ofensivo parte de dominar el ritmo del partido, de optimizar las posesiones, y para eso nada mejor que el rebote (en la ecuación entraba el de ataque), que nos dará más posesiones que nuestro rival, y los contragolpes, la vía más fácil de obtener puntos sin desgaste y minar la moral del rival.

La teoría expuesta indica que si eliminas del marcador los puntos obtenidos mediante rebotes de ataque y contragolpes, el objetivo es que tu rival no supere los 65 puntos.

Puede sonar curioso eliminar dos factores tan habituales, pero si lo pensamos tiene otra lectura mucho más habitual, y que es no encajar puntos fáciles, obligar al rival a sudar cada punto, por que entonces, cuando lleguen los momentos finales no tendrá fuerzas para definir, y su producción se reducirá.
Evidentemente, si tu logras acceder a estas vías en mayor medida que tu rival, tus opciones aumentan.

De ahí que todos los entrenadores insistan en que la defensa es la forma de crecer, cerrar el camino a tu oponente para que no se cobre capturas en tu zona, y jamás corran más que tú.

¿Cómo hacerlo? se podrían dar multitud de respuestas, pero una se repite históricamente, "DESEO", y ya lo decía el mayor reboteador que se recuerda, el "gusano"Rodman, el rebote lo atrapa quien más lo desea, a partir de aquí ya entran factores físicos, de posición..... lo primero es desear atraparlo.

De hecho, si tu vas de forma agresiva al rebote impides en consecuencia una salida cómoda y obligas al rival a jugar en estático, pero nunca puedes mandar todas tus piezas, ya que serás endeble si te superan en primera línea.

En el baloncesto actual, donde los jugadores son tan rápidos, los aleros tan atléticos y los pivots tienden a tirar de tres como si fueran escoltas, es clave el reparto de roles, definir quienes son los encargados de cargar el rebote, y no siempre serán los que pensáis, por ejemplo ¿cargaríais el rebote ofensivo con Mainoldi o con Fitch? un pívot es más pesado y necesita más tiempo para atravesar el campo, su salto es menos explosivo, mientras que un alero entra desde fuera por sorpresa, sin nadie que le cierre directamente.

De ahí que Carlos Suarez o Pete Mickeal deban ir a todos los rebotes de ataque mientras German Gabriel o Lorbek, que también transitan el exterior puedan (o deban) iniciar el balance defensivo antes.

En cualquier caso Luis insistió hasta la saciedad, el jugador interior encargado de vivir en la zona deberá estar siempre con al menos un pie en la pintura cuando se produzca el tiro, como mínimo estorbar el tráfico de salida.

Fueron recurrentes los ejemplos con el primer partido de la serie de cuartos de euroliga, y allí se pudo ver como el Madrid dominó al Barca a base de impedirle correr y hacerse con el rebote, jugando en un tempo lento y la variedad táctica de pasar los bloqueos por detrás, concediendo tiros a cambio de negar los alley-hoop.

Los chavales empezaron los ejercicios prácticos (si os interesan ya los describiría con más detalle en una segunda parte) y allí se pudo ver a Luis Guil en su máxima expresión con sus virtudes y cosas a pulir, enamorado del baloncesto alegre y veloz, y que planteó todo a través de ataques en continuidad y llegar jugando a la pista contraria.

Para los jugadores que defendían, lo primero era evaluar la necesidad en función de cuantos fueran los efectivos, aquí se podrían aplicar distintos librillos, y cada cual marcará sus prioridades, pero Luis aplicó el suyo: Aro-Bola-Jugador, de tal forma que cualquier defensor debe priorizar la defensa del aro, si este ya se cubre ir al balón, y si se disponen de efectivos marcar al jugador.

Evidentemente, para poder generar una transición o un sistema de “llegar jugando” es imprescindible cerrar el propio rebote (al igual que atacarlo era la primera forma de realizar el balance defensivo), pero una vez en velocidad, se deberán seguir ciertas normas, como por ejemplo respetar las calles de llegada, dejando la cabeza de la bombilla libre lo antes posible para que entren los pesos pesados, el clásico pívot en trailer como segunda oleada.

Si dispones de un hombre alto veloz y que alcance el ataque, será muy útil que este plante un bloqueo rápido, antes que se forme la defensa, y habitualmente su defensor se encontrará hundido en la zona (prioridad principal según la propia teoría de Guil), generando un 2x1, que se pueda resolver por el jugador exterior, o incluso en pick&roll, o en tiro abierto del hombre alto (de ahí su necesidad de contar con 4s abiertos).

Como notas negativas, quizás el hecho de que sus propias notas defensivas negaban su misma forma de ataque, algo de falta de dinamismo en los ejercicios, producto de esa improvisación, y cierta falta de capturar la atención de un público que en parte acudió por obligación.
Cuando me despedí de Luis Guil, se le podía ver ilusionado con los proyectos de la federación, afirmando también que volvería a intentarlo en un banquillo ACB, ya que todavía dispone de un año más de excedencia.
Por el momento ha aprovechado el tiempo viendo entrenamientos de Messina, y en estos clinics.

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