domingo, 10 de enero de 2010

AeA Fuenlabrada 86 – Lagun Aro 70 - Día de nieves, partido de reivindicaciones.

La primera vuelta termina con la tercera victoria en casa, recuperando aire y sobre todo restañando heridas, con numerosos jugadores demostrando en sus caras como soltaban la rabia y la tensión acumulada.
Al fin el equipo logro mantener suficientes buenos momentos, y aprovechar el punch que tenemos para distanciarse en el electrónico, y es que este equipo sigue adoleciendo de baches e irregularidad pero cuando golpea lo hace sin miramientos directo a la mandíbula rival hasta que tire la toalla.




Volvimos a salir concentrados, con varias buenas acciones, llevando la iniciativa y serios en defensa, pero especialmente con un Chris Thomas que desquiciaba a Sergio Sánchez, sentado fulgurantemente en el banquillo.
Sin embargo tardamos poco en repetir errores, empezando a conceder algunos rebotes a un solitario David Doblas, que por muy luchador que sea, no puede ser que obtenga dos rebotes de ataque consecutivos rodeado de 5 fuenlabreños.
Perdimos la ventaja para empatar a 10 y volver a apretar los dientes, retornando al mando de la situación por una diferencia estable en los 5-6 puntos.

El segundo cuarto nos atascamos, sin Berzins y ausente Batista nadie pedía la bola en la zona, nadie hacia circular en el exterior y nos limitábamos a tirar de tres en posiciones forzadas, obvio resultado de 11-20 en el segundo parcial, sin rumbo ni ideas, y volviendo a perder la concentración.

Maldonado debió tener un duro trabajo psicológico en el vestuario pero lo resolvió con gran acierto, volviendo los jugadores totalmente unidos y mentalizados, defendiendo con una intensidad inusitada esta temporada y atacando con un buen balance interior-exterior, ayudados por las penetraciones de los exteriores.
Al fin vimos a Burstein penetrar utilizando su cuerpo, jugando de verdad como un tres alto, CT bailo literalmente a sus pares, provocando pesadillas en Rai y Fitch demostró lo que es, un anotador compulsivo e irracional, el elemento imprevisto capaz de romper defensas.
Si a esto le sumamos los reversos de Skita, el trabajo incansable de Matías Sandes y que ahora si le entraron los triples a Leo Mainoldi (este aún debe mejorar en defensa)y Ferrán Laviña, tenemos que los donostiarras vieron como les atropelló un expreso, 30-10 en el parcial y pudo ser mayor aun el daño si no se hubieran perdido algunos contraataques.

El último cuarto se jugó casi por formalidad, nosotros ya habíamos relajado la presión pero ellos no tenían autenticas fuerzas para intentar machadas, y con un poco de seriedad bastaba para ganar el partido y la tranquilidad.

En el apartado de reivindicaciones se pudo ver motivadísimo a Laviña, fiero en defensa y metiendo triples, incluido uno que fue increíble que entrar tras botar varias veces en aro y tablero.
Leo celebraba cada triple con gestos de rabia, CT se mostró como un comandante sereno y consciente de sus tropas, mediando incluso de forma muy oportuna en un pequeño malentendido entre dos de nuestros jugadores, y Fitch pese a algún ligero ofuscamiento realizó aquello para lo que se le contrató, liderar la ofensiva.
Pegas se pueden poner unas cuantas, pero los síntomas vistos ante el Madrid crecen y los problemas menguan, así que esperemos que se continúe en esta tónica y se destierre por completo el tenso ambiente que se vivía en la grada, y es que la principal reivindicación ha sido ganar en casa y que el equipo ha sido hoy el que ha animado a gran parte de la grada, que en el primer cuarto se mostraba tan fría como el día.

Revisando la cronica descubro que me ha faltado un detalle importante, y es que una vez más el arbitraje ha sido horroroso, continuando con la disparidad de criterios que vuelve loco a cualquier jugador.
Esta vez tocaba que se podian realizar placajes de futbol americano en las zonas, pero cualquier intento de defender con intensidad fuera de la pintura era falta automaticamente.
Esto favoreció al Lagun Aro, ya que nuestra defensa fue más pegajosa que la suya, motivando que casi todos los jugadores del fuenla estuvieran en 3 o 4 faltas y especialmente los pivots, que cada vez que presionaban a los falsos cuatros donostiarras fuera de la pintura era falta.
A esto hay que añadir algunas chiquilladas, como las de Berzins, pero mayoriatariamente fueron producto de exceso de intensidad e intentos de tapon, en ningun caso por indolencia, asi que no deberiamos darle más importancia que el que Maldonado intente graduar su fogosidad

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